Xolos y América se repartieron los puntos,donde la figura para los de la frontera fue el charrúa Aguirregaray.
En un partido plagado de errores arbitrales, los Xolos de Tijuana empataron a un gol con las Águilas del América en encuentro correspondiente a la Fecha 9 del Apertura 2017.
América llegaba a la frontera buscando sumar puntos que lo pudiera reafirmar en los primeros lugares de la Tabla General, mientras que unos Xolos que ligaban cinco encuentros sin conocer la derrota, buscaban aprovechar la localía para salir con los tres puntos y asaltar el segundo lugar de la liga.
El encuentro tuvo un sabor particular para el mandamás del Club América, quien volvía a Tijuana después de haber dirigido a Xolos durante 4 torneos. El partido se tornó de ida y vuelta desde el primer minuto, con los locales buscando hacer daño, y unas Águilas que no salieron a encerrarse y querían quedarse con la victoria.
Después de varias llegadas de peligro en ambas porterías, América logró adelantarse en el marcador con un tanto de Oribe Peralta quien empujó un centro en claro fuera de lugar por parte de Cecilio Domínguez. Esta fue la primera falla arbitral de muchas que empaparon el encuentro.
Solamente dos minutos después del gol americanista, el silbante Luis Enrique Santander, quien ya había sido fuertemente criticado por su actuación en el partido de vuelta de la final de la Liga MX entre Chivas y TIgres, marcó un penal inexistente a favor de Tijuana por una supuesta falta de Vargas sobre Iturbe. El encargado de cobrar la pena máxima fue el goleador local, Gustavo Bou, quien erró el cobro con un disparo muy suave a media altura el cual Marchesín atajó con facilidad.
De esta manera, el encuentro se fue con ventaja de un gol para los visitantes al descanso, dejando una sensación de peligro latente para la segunda parte. Y así fue. Recién empezaba el complemento y Xolos se fue de lleno al ataque buscando el gol del empate, mientras que las Águilas se replegaron buscando la opción al contragolpe que sentenciara el encuentro. La propuesta de los locales surtió efecto, y los dirigidos por el «Chacho» Coudet, empataron el marcador gracias al tanto de Miler Bolaños quien aprovechó un pase filtrado para vencer a Marchesín.
A partir de este momento, Xolos fue el equipo quien tuvo las oportunidades más claras pero no logró concretar. Así fue como ambos equipos dividieron puntos, lo que le sirvió a las Águilas para reafirmarse como segundo lugar de la competición, mientras que Tijuana hilvana 6 juegos sin conocer la derrota y se ubica momentáneamente en la tercera posición.
Para la Jornada 10, América recibirá a Chivas en una edición más del Clásico Nacional, mientras que Xolos visitará a Lobos BUAP donde tratará de sacarle puntos importantes a la escuadra dirigida por Rafael Puente Jr.
Alineaciones:
Tijuana: G. Lajud; A. Donatti, D. Pérez, M. Orozco (M. Bolaños, min. 62), V. Aguilera; D. Musto, M. Aguirregaray, J. Corona (A. Guido, min. 68), V. Malcorra, J. Iturbe (L. Mendoza, min. 80); G. Bou. DT: Eduardo Coudet.
América: A. Marchesín; M. Samudio (R. Marín, min. 70), P. Aguilar, E. Álvarez (C. Vargas, min. 21), P. Aguilar; D. Quintero (C. Orrantia, min. 85), G. Rodríguez, W. Da Silva, C. Domínguez (A. Díaz, min. 76); S. Romero, O. Peralta (A. Uribe, min. 60). DT: Miguel Herrera.
Árbitro: Luis Enrique Santander Aguirre.
Estadio: Caliente.
Un reparto de puntos con sabor a partidazo, 6 goles y el charrúa Sebastian (superman) Sosa figura bajo los tres palos del equipo de la Monarquía
El cerro del Quinceo alcanzó su punto de ebullición con grito michoacano y el rugido norteño. Sí hubo alarido de guerra en el José María Morelos y Pavón, agarrón espectacular que terminó con un vibrante 3-3 en la pizarra final, sobró la emoción y faltó más tiempo. La Monarquía pegó primero con un autogol de Jesús Dueñas, después los felinos se iluminaron con un poema de Javier Aquino y la letalidad de Enner Valencia.
La segunda parte reservó lo mejor del choque; Ruidíaz consiguió la igualada y el oaxaqueño silenció las cosas con otra obra de arte. Ángel Sepúlveda salió de la banca, y como héroe, pudo cerrar la pinza para júbilo purepécha con un empate de alarido y una liberación michoacana que fue encadenada en el primer tiempo por el poderío de los visitantes, pero liberada en el ocaso por su “Cuate”, su michoacano de nacimiento.
Cuando el arsenal ofensivo de Tigres está enchufado, no existe defensa en el futbol mexicano que pueda apagarlo. El felino puede parecer dormido, pero en cualquier momento suelta un zarpazo; las figuras de los norteños sólo requieren de espacio y conexión en la cancha para sacar una genialidad u ocasionar daño en el marco enemigo. También las figuras en Morelia saben aparecer en el momento justo, en las batallas adversas.
La Monarquía fue víctima del subcampeón en propia casa, pero demostró buen futbol en los albores, impuso condiciones e incluso mantuvo lejos a Gignac de la pugna por el esférico en media cancha, que fue ganada por Diego Valdés en los primeros minutos. Los locales eran los dominadores, probaron con un par de disparos fuera del área en los pies de Gastón Lezcano y Mario Osuna que hicieron entrar en calor a Nahuel Guzmán.
Su afición pedía la recompensa y ésta llegó de inmediato. Servicio venenoso que cortó Jurgen Damm dentro del área, el árbitro no dudó en señalar una mano del seleccionado nacional y se decretó pena máxima a favor de Monarcas. El elegido fue Raúl Ruidíaz. pero desde los once pasos perdió la partida ante el “Patón”, quien escupió la de gajos con los puños a un lado de cabaña, ahí estuvo atento Diego Valdés para meter otro centro que esta vez cortó Jesús Dueñas, para mala fortuna felina se incrustó en propia meta. El estadio José María Morelos y Pavón gritó el gol de su equipo, era un ruido estremecedor.
Hasta ese momento, Tigres era presa de la desesperación y del recuerdo por su fracaso reciente en la Copa MX. Sin embargo, posee en sus filas jugadores que en cualquier parpadeo o en un palmo de terreno pueden provocar la remontada, eso no lo supo el equipo de Roberto Hernández hasta que permitió dos zarpazos. Aún se acomodada el respetable por el tanto de los purépechas, cuando Javier Aquino iluminó a los suyos con un zurdazo de antología. De los gritos al silencio en menos de tres minutos.
La brillantez de Aquino contagió al cuadro universitario del norte, que como por arte de magia despertó su poder futbolístico; Eduardo Vargas robó la pelota y alzó la vista para asistir a Enner Valencia, el goleador ecuatoriano controló y con un tiro seco rindió a Sebastián Sosa. Con la ventaja 2-1 y en el ocaso del primer tiempo, André Pierre- Gignac y Jurgen Damm se dieron el lujo de perdonar con cañonazos que se estrellaron en los postes.
Para el complemento se estremeció el Quinceo con otra conquista de su Monarca; el ariete peruano empató los cartones tras aprovechar un rechace de Nahuel Guzmán, quien solamente rasguñó y no pudo evitar la caída de su arco ante un potente disparo. Pasó muy poco cuando Javier Aquino se metió al área, recortó y fusiló con pierna derecha al guardameta del Morelia.
Pero si Tigres presumió su potencial en el primer lapso, Monarcas tenía que exhibir su empuje e intensidad en el segundo. Los cambios resultaron a la perfección: Ángel Sepúlveda y Cuero revolucionaron el ataque de los locales. El colombiano puso el balón con la testa en el área y el “Cuate” apareció para cerrar la pinza y decretar cifras definitivas de 3-3.
Nota realizada por Eduardo Nuñez desde México. Síguelo en: @NuezEduardo
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